ENVIAME TU SABIDURÍA

Dios de  nuestro padres, Señor de misericordia, que por tu palabra lo hiciste todo.
Tu, que por tu Sabiduría formaste al hombre para que dominara las creaturas salidas de tus manos, para que gobernara el mundo con santidad y justicia y pronunciara sentencias con alma recta, dame la sabiduría que comparte tu trono y no me rechaces del numero de tus hijos.
Porque yo soy tu servidor y el hijo de tu sierva, hombre débil y de vida pasajera, y no alcanzo a comprender la justicia y las leyes.

En efecto, al mas perfecto de entre los hombres, si le falta la sabiduría que viene de ti, no merece ninguna consideración.
Tu me elegiste para que reinara sobre tu pueblo, para que mandara a tus hijos e hijas.
Tu me ordenaste que edificara un templo en tu santo cerro, un altar en la ciudad en que fijaste tu tienda, imagen de la morada celeste que tu preparaste desde el origen.



Contigo esta la Sabiduría que conoce tus obras y que estaba presente cuando creabas el mundo; ella sabe lo que te agrada y lo que es conforme a tus pensamientos.
Envíala desde los santos cielos, mándala desde tu trono de gloria, para que trabaje conmigo, y yo sepa lo que te agrada.
Ella me guiara prudentemente en mis empresas y me protegerá con su poder.
Entonces mis obras te agradaran, Señor; regiré a tu pueblo con justicia y seré digno del trono de mi padre David.
En efecto, ¿Qué hombre podrá conocer los designios de Dios? ¿Quién penetrara los planes y decisiones del Señor?
Los pensamientos de los mortales son tímidos, e inseguras las ideas que nos formamos, pues un cuerpo corruptible entorpece la conciencia, y el vivir en casa de barro hace pesado el espíritu con sus mil pensamientos.
Trabajosamente imaginamos lo que en la tierra hay, y con fatiga hayamos lo que esta a nuestro alcance, ¿Quién entonces ha sabido lo que decides en los cielos?
Y ¿Quién pudo conocer tu voluntad, si tu no lo hubieras enviado de lo alto tu Espíritu Santo?
Gracias a la Sabiduría se enderezaron los pasos de los mortales. Los hombres aprendieron lo que a ti te agrada y por la Sabiduría se salvaron.





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PACIENCIA EN LAS PRUEBAS

Hermanos, estimen como la mayor felicidad el tener que soportar diversas pruebas. Ya saben que, al ser probada nuestra fe, aprendemos a ser constante. Procuren, pues, que esa constancia perfecta se verifique con hechos, para que de ahí salgan perfectos e irreprochables, sin que les falte nada.
Si a algunos de ustedes le falta la sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos fácilmente y sin poner condiciones , y el se la dará. Pero que pidan con fe, sin vacilar, pues el hombre que vacila se parece a las olas del mar que se levantan y agitan según el viento. Un hombre así, que no espere nada del Señor. El hombre interiormente dividido será inconstante en todos sus caminos.
Que el hermano de condición humilde se sienta orgulloso por haber sido elevado, y el rico en cambio. por haber sido rebajado; porque el rico pasara como la flor del campo. Se levanta el sol y viene el calor, seca la hierba y marchita la flor, sin que nada quede de su belleza. Así también se marchitara el rico en medio de sus empresas. Feliz el hombre que soporta pacientemente la prueba, porque, después de probado, recibirá la corona de vida que el Señor prometió a los que lo aman.
Que ninguno diga cuando es tentado: «De Dios me viene esta tentación» Porque a Dios no le viene tentaciones, ni tampoco tienta a nadie. Para cada uno la tentación proviene de sus malos deseos que lo arrastran y seducen. En el seno del deseo comienza el pecado y toma cuerpo; y el pecado, una vez consumado, engendra la muerte.

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SE LLAMA A DIOS EN LA PRUEBA

La biblia no conoce la desesperación. Aun en las situaciones mas difíciles, cuando el hombre esta quebrantado por la desgracia, la inquietud, el peso de sus propios pecados, siempre le queda una salida. Todos nuestros caminos, aun los peores, pueden desembocar finalmente en un Amor mas fuerte que todas las fuerzas de este mundo.
Señor mi Dios, a ti levanto mi alma. En ti confió, que no sea avergonzado, que no se alegren mis enemigos.
Los que esperan en ti nunca serán confundidos; pero lo serán aquellos que quieren engañarte.
Señor, muéstrame tus caminos y enséñame tus sendas.
Guíame en tu verdad, enséñame tu, que eres mi Dios y salvador. Todo el día ando confiado esperando tus favores, Señor.
Señor, no olvides que eres compasivo y bondadoso desde toda la eternidad.
No recuerdes los pecados y extravíos de mi juventud Señor, acuérdate de mi según tu misericordia.
El señor es bueno  y recto; por eso muestra el camino a los extraviados.
Dirige a los humildes en la justicia y enseña a los pobres el camino.
Todas tus sendas son amor y lealtad para el que guarda su alianza y sus preceptos.

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COMO CONVIVEN LOS HERMANOS EN LA FE

Si tu hermano ha pecado contra ti, anda a hablar con él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Si no te escucha, lleva contigo a dos o tres de modo que el caso se decida por boca de dos o tres testigos. Si se niega a escucharlos, dilo a la iglesia reunida. Y si tampoco lo hace con la iglesia, será para ti como un pagano o un publicano.
Yo les digo: todo lo que aten en la tierra, el Cielo lo tendrá por atado, y todo lo que desaten en la tierra, el Cielo lo tendrán por desatado.
Asimismo, si en la tierra dos de ustedes unen sus voces para pedir cualquier cosa, estén seguros que mi Padre Celestial se la dará. Pues donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, ahí estoy yo en medio de ellos.
Los hombre suelen buscar a Dios en sus templos, o bien en la contemplación de la naturaleza, o bien en el recogimiento de su alma. Pero Dios quiere hacerse presente, mas que todo, en la comunidad cristiana. Esta presente en ella cuando se reúne para orar en nombre de Jesús. Esta presente también en el desarrollo de esta comunidad, en sus crisis, en sus problemas esta presente en la historia de su Iglesia.

Mientras participamos en el trajín de la comunidad, superando los conflictos inevitables, perseverando en la labor apostólica, aprenderemos a ser hijos de Dios según la verdad, y con esto conoceremos al Padre según la verdad. La Iglesia, pues, es el lugar sagrado en que encontramos a Dios y, para expresar esta realidad, decimos que la Iglesia es el sacramento de Dios.
 También hablamos de varios sacramento: el Bautismo, la Eucaristía.... Algunos quieren recibir los sacramentos sin comprometerse con la Iglesia: estos olvidan que el Bautismo y los ritos religiosos son sacramentos y confieren la gracia de Dios por ser gestos de la Iglesia, la cual es El Sacramento de Dios. Dios no esta contenido en cosas sino que se expresa por medio de la familia de Cristo y quiere que lo encontremos en ella. Todo lo que aten en la tierra...:vivir en armonía con la comunidad y compartir la fe de la Iglesia es un signo de que estamos en gracia de Dios.

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