EL PODER DE LA FE

Si no dudan en su corazón, sino que creen que sucederá.

Jesús se refiere en forma mas precisa a <la fe que hace los milagros> Jesús no dice que esta fe será dada a todos y en todo momento. Se trata de un carisma o don de Dios, que el concede a quien quiere. Es una seguridad interior de que Dios quiere realizar un milagro; con esta seguridad uno se atreve actuar y a mandar en su nombre.

Pero también la palabra de Jesús vale en forma mas amplia para todas nuestras oraciones. Por supuesto no vamos a pensar que Dios hará cualquier milagro que le pidamos. Cuando un enfermo trata de convencerse de que va a sanar , puede ser que con esto la mejoría se haga mas fácil, pero este ejercicio mental o esta esperanza no es necesariamente fe. Y si me sugestiono a mi mismo para persuadirme de que Dios me hará ganar el gordo de la lotería, el no tiene obligación de pensar que, siendo rico, seré mejor.


En realidad, el que quiere humildemente a Dios comprende en sus apuros que Dios lo quiere levantar; por eso pide con fe porque ya sabe que Dios le quiere dar. El que esta apasionada por el Reino de Dios, pide al Señor que su mano todopoderosa quite los obstáculos que se oponen a la extensión de ese Reino. Nos cuesta pedir cosas grandes, porque si Dios se niega a concedérnosla, ¿Cómo seguiremos confiado? ¿O habrá que pensar que somos demasiados exigente y que Dios no es muy generoso?. Pero los que se juegan totalmente por el Evangelio (y así fueron los santos), se atreven a pedir a Dios cosas imposibles, obedeciendo las sugerencias muy discretas del Espíritu de Dios.


La fe nace de un llamado de Dios; uno no tiene el merito de su propia fe y conversión. Abraham no fue el que tomo la iniciativa de partir o que invento una manera nueva de servir a Dios. tampoco lo invito Dios con una propuesta imperativa, y paso igual con los grandes profetas y santos. Con todo esto Dios los libero. Pues a consecuencia del pecado todo hombre nace y vive como en tierras extranjeras. Su propia realidad se le escapa mientras no se ha arraigado en Dios y no esta en comunión con el. Sus religiones y sus ideologías, productos de su cultura, no le permiten traspasar los limites de un mundo que hizo a su propia medida. Para que tome conciencia de su vocación, es necesario que Dios lo llame y que el acepte salir del circulo fatal.
 La fe nos pone al servicio de la Obra de Dios que es salvar a la humanidad: En ti serán benditas todas las razas del  mundo. Puede ser que en un primer momento Dios nos traiga con algún favor personal, pero luego nos participa sus propios proyectos para salvar al  mundo. Para seguir a Cristo y formar parte de su pueblo, es necesario creer en las promesas que Dios hizo a dicho pueblo: Dios nos destino a ser el fermento y la luz del mundo.


 La fe nos exige una ruptura. Nos obliga a mirar para adelante sin añorar la perdida del calor y la comodidad del seno materno. El hombre crece superando la «crisis» de su vida: sale de su familia, entra al trabajo, se casa.... La fe nos hace ver con optimismo estas rupturas y nos lleva a enfrentar otras rupturas mas dolorosas con las que nos ponemos mas enteramente al servicio de Dios: la fe es el gran medio para que la persona humana llegue a su madurez.

A diferencia del hombre «terrenal», que construye su vida según los criterios de la sabiduría humana y cree saber a donde va, el creyente busca los signos de Dios para ver a donde Dios quiere que dirija sus pasos. Hasta el fin de su vida será un errante, en busca de otra justicia y de otra perfección que no es humana.



¿Lo compartes? Dios te Bendiga

No hay comentarios:

Publicar un comentario