EL JUICIO Y LA VENIDA DE CRISTO

Ustedes han de reconocer en estas pruebas un justo decreto de Dios; porque deben mostrarse dignos de ese Reino de Dios por el cual ahora padecen.
Es justo que Dios devuelva sufrimientos a los perseguidores, mientras que a ustedes los perseguidos les de el descanso con nosotros, en el día en que se manifieste glorioso el Señor Jesús. El vendrá del Cielo, rodeado de sus conde de ángeles, llevando la llama ardiente para castigar a los que no reconocen a Dios, y no obedecen el Evangelio de Jesús, nuestro Señor.

Serán condenados a la perdición eterna lejos del rostro del Señor y de su poderosa Gloria. En aquel día, el Señor será glorificado en la persona de sus santos y lo admiran en todos aquellos que creyeron: entre los cuales están ustedes, que han acogido nuestro testimonio.
Pensando en esto, rogamos a cada momento por ustedes; que nuestro Dios los haga dignos de su llamada, y que, por su poder, lleve a efecto los buenos propósitos que forman ustedes, y les conecta tener una Fe activa y eficiente. De ese modo, el Nombre de Jesús nuestro Señor será glorificado a través de ustedes y ustedes lo serán en el, según el plan bondadoso de nuestro Dios y de Cristo Jesús, el Señor.



Hermanos, hablemos de la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor, y del día en que nos reunamos con el, Les ruego que no se dejen perturbar tan fácilmente. No se asusten como si fuera inminente el Día del Señor, aunque se les anuncie por revelación o por una palabra espiritual o se les diga que nosotros mismos escribimos al respecto. No se dejen engañar de ninguna manera.
Primero tiene que producirse la apostasía. Entonces aparecerá el hombre del pecado, instrumento de las fuerzas de perdición, el rebelde que ha de levantarse contra todo lo que lleva el nombre de Dios o merece respeto, llegando hasta poner su trono en el templo de Dios y haciéndose pasar por Dios.
¿No recuerdan que se lo decía cuando estaba con ustedes? Ustedes, pues, saben lo que ahora lo detiene, luego se manifestara a su debido tiempo. Ya esta obrando el ministerio de la maldad, pero falta que desaparezca el que lo detiene. Entonces se manifestara el Rebelde que el Señor ha de barrer con el soplo de su boca y al que destruirá en el esplendor de su venida.

Al presentarse este Sin-Ley, con el poder de satanás, hará milagros, señales y prodigios al servicio de la mentira. Y usara todos los engaños de la maldad en perjuicio de aquellos hombres que han de perderse, porque no acogieron el amor de la Verdad que los llevaba a la salvación. Por eso Dios les dirigirá las fuerza del engaño que los lleven a creer en la mentira; así llegaran hasta la condenación todos aquellos que no quisieron creer en la verdad y prefirieron quedarse en la maldad.


¿Lo compartes? Dios Te Bendiga

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