CONOZCAN A DIOS

BUSQUEN LA VIDA

Dios esta en nosotros mas presente que nosotros mismos. No es necesario buscar muy lejos la verdadera sabiduría: se presenta como un Espíritu que viene de Dios y que se nos hace interiormente presente. Sin embargo, no se revela sino al hombre recto.
¿Cómo expresar la proximidad de Dios inaccesible y santo? Aquí se habla de la Providencia, de la Sabiduría, de la Justicia, del Espíritu de Dios. Se  habla de ellos como si fueran personas que Dios envió para cuidarnos. En realidad, es una manera de presentar al propio Dios que, conservando su misterio, esta junto al hombre y a los acontecimientos. 

No fue Dios quien hizo la muerte ni se compase en la destrucción de lo que vive. Un Dios amigo del hombre, y que quiere la vida del hombre. La muerte no viene de Dios. Así se nos invita a mirar con confianza hacia el Señor: pensar bien de él es negar todas esas falsas preguntas: ¿ Por qué Dios permite lo malo, la muerte, los terremotos y tragedias? Dios no quiere sino la vida.



Por casualidad hemos nacido. Los impíos, o sea los malos, son amigos de la muerte. Olvidan que Dios nos creo para no morir al hacernos a su imagen. Piensan que todo termina en la tumba y no tiene otra sabiduría que la de gozar la presente vida: gocemos de los bienes verdaderos, aprovechemos las creaturas con la pasión de la juventud.

Veamos si el justo dice la verdad. Necesariamente los impíos, por ser  amigos de la muerte, llegan a perseguir e incluso a matar a los buenos. Es como un juego para ellos comprobar hasta donde llegara la constancia del «justo», ya que ellos no creen en ningún ideal: necesitan destruirlo para convencerse de que solo ellos han aprovechado la vida.

Si el justo es hijo de Dios, él lo ayudara. Esto se comprueba también en la vida de un creyente verdadero, que es un escandalo para el materialista. Este se alegrara para hacer sufrir a los que se sacrifican por los demás.
Hemos visto incluso a «cristianos» cómodos que se alegraban por la muerte de los que hablan de justicia, y que por su propia entrega queman la conciencia de los satisfechos.
La mentalidad del impío que no cree en el mas allá es, de alguna manera, la de la sociedad en que vivimos: Persigamos al justo, ya que se opone a nuestra forma de actuar.


Cada uno en secreto admira al hombre recto, pero en cualquier institución su presencia molesta, tanto en el sindicato como en la empresa, porque no pueden comprar su conciencia.
Lleva una vida distinta a todos, y su conducta es extraña. Pero ahora también, por mas que el creyente trate de no singularizarse, su integridad y su entusiasmo lo hacen «extraño».

Experimentan la muerte aquellos que le pertenecen. El que obra el mal comienza a hacer la experiencia de la muerte. Hay un desgaste del cuerpo por el vicio (alcoholismo, libertinaje), pero mas aun un desgaste del entusiasmo de la alegría, de la confianza«Quien siembra en su carne, cosechara de la carne corrupción y muerte»

Los que se pusieron a lado de la muerte padecerán. La serpiente de la que habla este relato no es cualquier imagen del «mal», sino que representa al enemigo. Podemos hablar del mal, pero también se debe de hablar del malo. Jesús vendrá para enfrentar personalmente al adversario; de ahí saldrá la liberación de la humanidad en la que reinaba la muerte.
Las almas de los justos están en la mano de Dios. El alma significa la persona misma del hombre, que no muere cuando se deshace el cuerpo.




Su salida de este mundo pareció una desgracia. Sea que el justo perezca en manos de los violentos, o sea que le toque morir como a todos, el fin de su vida parecerá contradecir la bondad de Dios: es un escandalo que la muerte pueda algo contra los justos. (Sabemos que los justos son los que realizan las esperanzas que Dios puso en ellos.) Pero lo que muere es solamente el cuerpo. Ellos viven ante Dios, como Jesús lo afirmara a su vez.

Pero ellos están gozando la paz. Gozaran para siempre lo que han esperado en la tierra. Es decir, que vemos solamente una cara de la muerte: el compañero o el pariente que nos deja. La otra cara es su entrada en el mundo de Dios.

En el momento del juicio se comprobara que los justos son los únicos que han vivido. A menudo la muerte de los amigos de Dios trae la paz a los que estuvieron a su lado. A menudo los mártires hacen triunfar por su muerte la causa por la que han vivido.

¿Lo compartes? Dios Te Bendiga

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