EL NOMBRE DIVINO

En medio de todos los pueblos que tienen sus propias ideas acerca de Dios y buscan a tientas el sentido de su destino, Israel va hacer el pueblo que conoce a Dios según la verdad y que, debido a esto, sabe por donde pasa la superación verdadera del hombre. Moises, que va hacer el profeta y el educador de Israel, recibe primero el conocimiento de Dios Santo y Justo, el que hace libre a los hombres.

Con este nombre me invocaran. Es evidente que todo nombre es propio de tal o cual idioma humano en el que tiene una significación. Dios indica a los hebreos un nombre: Yavé, que, en el idioma de ellos, se interpreta: El Es. Si se hubiera dirigido a otro pueblo, Dios habría indicado otro nombre  que tuviera el mismo sentido para ese pueblo.
Yavé significa a la vez: El Es y El hace existir. Se relaciona con lo dicho por Dios: Yo Soy.



Yo Soy. Este es el Dios que Vive y que Ve. Cuando quiere manifestar algo en su ministerio, lo preceden el fuego fulgurante, la tempestad y los truenos y las olas del mar; animales fantásticos en los que reúnen todas las fuerzas de la naturaleza. Pero esas no son mas que figuras que esconden, a manera de una nube el ministerio de Dios, infinitamente mas profundo, el que desafía y desafiara eternamente, no solamente el ojo del hombre, sino la mente de cualquier criatura, ya sea angélica o humana.

Las criaturas reciben de Dios el existir, pero el tiene en si la fuente de su propia existencia y no debe nada a nadie. Dios es el Uno, y ninguno de los que tienen de el su existir, puede comparársele o sumarse al Único.

Dios es, y hace existir al que no conoce. Esta revelación es decisiva para toda la Biblia y conviene recordarlo cuando fácilmente los creyentes dicen: Dios es amor, Dios es Bondad: pues olvidan que eso seria falso si no se afirmara primero: Dios es el que Es. Si Dios fuera el todopoderoso, solamente pensaríamos en agacharnos ante El. Si fuera solo bondad, no comprenderíamos por que nos pone a prueba. Si fuera solamente el bien, obligaríamos a todos a que han el bien, sin respetar su libertad.

Pero no, dijo: Yo soy el que Es, Yo Soy. Dios es Persona que existe en forma sumamente activa y libre y nos llama a existir de verdad. Por eso Dios creo un mundo en que pudiéramos actuar en forma responsable. Dios no nos impone el bien. Mejor si a través de nuestras experiencias y de nuestros  ismos errores, llegamos a descubrir donde esta el bien verdadero.

 


Al presentarse como Persona, el Único Dios había dicho lo mas esencial. No era posible precisar mas de estos comienzos y dar a conocer el  misterio de las Tres Personas Divinas que son el  mismo Dios: esta seria la obre de Jesús. Por eso, durante siglos, los israelitas se quedaron con la figura de un Dios Soberano que los conducía con autoridad.
¿Yavé o Jehovah? unos cuatros siglos antes de Jesús, los israelitas dejaron de pronunciar el nombre de Yavé por respeto. Entonces cambiaron en la Biblia la escritura Yavé por Jehovah, palabra que no tenia sentido y que tampoco se pronunciaba, pero al verla el lector sabia que no debía decir Yavé, sino Edonah, o sea, Señor.

Yavé nos salió al encuentro. El motivo religioso invocado (para ofrecer sacrificios) no puede disimular el objetivo único de los esclavos hebreos que es liberarse de la opresión que sufren. Todo esto sucedió en un tiempo en que no había problema social o político que no se expresara en términos de religión.

Pero ahora varios preguntan: La Biblia, ¿nos habla de liberación en el sentido humano, político, o bien nos propone una liberación espiritual? En realidad, esta oposición es artificial. La misma experiencia nos enseña que para salvar al prójimo, no basta la ayuda material ni los cambios políticos, y tampoco las oraciones. Y para eso ellos mismos deben enfrentar y solucionar problemas reales, materiales, o educativos y políticos de la vida común a partir de una visión mas lucida de la realidad, tal como Dios la ve, y con un amor mas autentico, lo cual es espiritual. La salvación es una sola.


Quiero sacarlos de toda esta opresión. El Dios que Es, se preocupa por los que todavía no existen de verdad. Dios quiere salvar a los hombre, pero para salvar a los hombres, tiene que haber hombres primero, hombres verdaderos no infra-hombres sin libertad ni responsabilidad ni dignidad reconocida. La salvación no es un lavado de las almas, sino una restauración de la persona humana en sus varias dimensiones: individual, familiar y social.

Al hablar de liberación, la Biblia siempre se refiere a una liberación total de la persona humana. Las personas se salvan y se liberan, liberando y salvando a los otros. Podríamos estudiar el éxodo como una Vida de Moises, y ver que se fue «salvando», o sea, que creció como persona y como creyente, conforme se entregaba a sus tareas materiales y espirituales a la vez de dirigente y liberador de sus hermanos.




¿Lo compartes? Dios Te Bendiga

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